La datación de un documento a través del periodo progresivo de la firma, es posible estudiando la evolución grafo-comparación-temporal, analizar las firmas y situarlas en una línea del periodo de tiempo según su evolución y transformación, es decir si tenemos diversas firmas indubitadas de la persona, pudiendo observar su proceso gradual de evolución y compararla con la del documento dubitado objeto de estudio y así determinar a cuál de ellas se acerca en el tiempo.
De la misma manera que la persona cambia de acuerdo con las diferentes etapas de su vida, otro tanto sucede con su escritura, ya que presentará una evolución gráfica distinta a través de los años, con el lapso temporal, invariablemente se perciben ligeros cambios.
El estudio se basa en la variación de la escritura con el paso de los años. En algunos casos la evolución es más rápida y patente, en otros, tal cambio es menos perceptible.
El perito compara firmas y/o escritura de la persona a lo largo del tiempo, y comprueba las variaciones que los trazos han sufrido en el transcurso de los años. De esa forma, consigue enclavar la firma o escrito cuestionado, en una franja de tiempo donde el paralelismo gráfico es mayor.
Se analiza la variabilidad observada en patrones de firmas para poder verificar la coetaniedad de las mismas.
Los sectores parietales secundarios (áreas 1, 5 y parte de la 7 de Brodmann, controlarán cinestésicamente la posición de la mano, la rapidez y la presión entre otras cosas. y las áreas 39 y 40 de Brodmann, ubicadas en los sectores parietales inferiores, son las que contribuirán en el proceso cognitivo espacial para poder sostener la orientación y dirección correcta, evitando que la escritura se disgregue y sea inteligible, con el paso de los años las variaciones se hacen presentes en la escritura y firma.
Así pues, entonces, en el acto de la escritura, es en el lóbulo frontal donde se origina la idea de escribir, que pronto se convierte en imagen visual y mental en el lóbulo occipital utilizando el lenguaje aportado por el lóbulo temporal y se ejecuta por medio de la corteza motora, siendo coordinada como una acción única por el lóbulo parietal, a medida que pasa del tiempo, nuestro cerebro evoluciona y dicha evolución queda plasmada entre otras cosas en la escritura y firma.
Para determinar los cambios escriturales o de firma con lapso temporal, es necesario empezar por la descomposición de la firma, a través de los gestos tipo y micro-gestos. Estos se deben estudiar individualmente y particularmente, cotejando documentos escritos o firmados indubitados coetáneos al documento dubitado. Debiendo estudiar/cotejar los mismos documentos dubitados con documentos indubitados de los años posteriores, llegando a los actuales/presentes, de esta forma se percibe la evolución grafica-cronológica del proceso de transformación escritural, confeccionando un cronograma grafonómico.
Los casos en los que la datación grafo-temporal ha sido posible con un alto nivel de fiabilidad han sido aquellos en los que se ha podido disponer de muestras indubitadas que cubría períodos amplios y en los que justamente el documento dubitado pertenecía a una época más o menos central del conjunto del período; por ejemplo, estudiar letra/firmas del período 2000-2017 y conseguir delimitar la realización de los grafismos dudosos en la franja “Enero de 2004–noviembre de 2004.